Foto: Autor Ruth Bernard- Google -Imagenes
Lágrimas vertidas
heridas abiertas.
Los versos vividos
desandan soledades.
Atreverse a revivirlos:
lágrimas infinitas cortantes
el sabor de unos labios
que esperan, deseables,
ya no hay regreso.
Y...
por escuchar un te quiero,
se agolpa la sangre
que con pasión evoca,
No hay regreso.
Copyright©
Derechos privados
Idalia Robles Suárez
seudónimo Soledad Robles
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